Casino Royale

No me considero un gran fan de la franquicia de James Bond, el agente secreto más famoso a nivel internacional, cuyas debilidades son las mujeres y los martinis. Siendo honesto con ustedes, en el último filme, Otro Día para Morir, terminé dormido en la sala de cine. Realmente no soy muy dado a que me agraden los filmes de acción, sin embargo, con Casino Royale fue todo lo opuesto.

Desde la persecución inicial, supe que la película iba a llevar un ritmo elevado y con mucha adrenalina, y no fue la excepción. La cinta nos lleva a los inicios del más popular agente secreto 007 y nos revela su primer misión: descubrir una red terrorista que se encarga de suministrar bombas en África que conlleva a un mafioso conocido como Le Chiffre, cuyo talento consiste en ser un excelente jugador del Texas Hold'em.

El cambio de James Bond por Daniel Craig fue sumamente acertado. Puede que Craig carezca de la elegancia y el porte de Pierce Brosnan, pero sin duda el Bond de Craig es más frío, más intrépido, hasta más masculino diría yo. No se si se deba a que sea la primer cinta de Craig en los zapatos del agente 007, pero me pareció un buen giro a la franquicia y un acierto por parte de la gente que se encargó de seleccionar a este actor británico como el sucesor del irresistible espía seductor.

Y como en toda cinta de Bond, los requisitos se cumplen: alcohol, violencia, mucha pero mucha acción, carros deportivos de lujo, lo más sofisticado en gadgets y lo más importante: las mujeres, que en este caso las representa Eva Green con un particular encanto y carisma. Para mi gusto, Casino Royale es superior a las cintas protagonizadas por Brosnan. Habrá quien no piense lo mismo, pero al menos me pareció una cinta más elaborada, bien realizada y con mucha acción que te mantiene en un viaje vertiginoso de principio a fin.

-René Sánchez
renegsan@gmail.com