Sucker Punch
(Mundo Surreal)



Zack Snyder transporta hasta la pantalla grande los sueños húmedos de cualquier aficionado a los comics y videojuegos en su más reciente entrega titulada Sucker Punch, la cual se une a la filmografía del director como otro ejemplo más de style over substance, y claro, no era de extrañar sabiendo que la mente detrás de semejante chaqueta visual es aquel que nos ha traído películas como 300 y Watchmen.

Sucker Punch narra la historia de Baby Doll, una jovencita que al intentar salvar a su hermana menor de los abusos y maltratos de su padre, comete un grave error que la manda directo a un hospital psiquiátrico. Es ahí donde la rubia comenzará a buscar la manera de obtener su libertad a través de un mundo fantástico (y ultraviolento) que ella imagina. En su plan por escapar de la institución que la mantiene cautiva, Baby Doll recurrirá a la ayuda de otras internas quienes también ansían ser libres nuevamente.

La historia es una mera jalada y no hay mucho que discutir al respecto. Se agradece que la historia intente transmitir un mensaje, pero éste se pierde entre tanta explosión, dragones y cuanta demás mamarrada se le ocurre a Snyder. No solo eso, también el vaivén entre el mundo real y el mundo imaginario de Baby Doll se transforma en un ejercicio tan encrucijado y confuso que termina por perder al espectador en su rebuscado, pretensioso y pobre guión. De las actuaciones ni hablar. Una caja de cartón logra transmitir más sentimientos y es capaz de recitar mejor los diálogos que Emily Browning. Y para sorpresa, y probablemente decepción para otros, Carla Gugino no se encuera en la película. Lo menciono porque no recuerdo la última película de Gugino donde no haya terminado topless. ¿Tal vez Spy Kids? Visualmente, la película es muy buena y complementa a la perfección las exageraciones e inverosimilidades del director. Sin embargo, creo que no hay nada nuevo en este último aspecto que haga a la película sobresalir de entre las demás. Lo mismo que vimos aquí ya lo habíamos visto antes en 300, Watchmen, Sin City, etc. Sucker Punch solo parece reciclar el estilo visual de otros filmes y aunque lo hace muy bien, no tiene ese algo que la haga ver novedosa.

A final de cuentas, la película cumple con su objetivo de entretener y estoy seguro que pasarás un buen rato si vas al cine con la finalidad de ver una película que no te obligue a pensar mucho y que puedas disfrutar con tus palomitas y refresco. Definitivamente este género cinematográfico no es uno de mis favoritos pero debo reconocer que la cinta es entretenida y no es tan mala como la crítica especializada nos lo ha dado a conocer. Ahora solo queda esperar lo que sucederá cuando Zack Snyder tome las riendas del nuevo proyecto para revivir la franquicia de Superman. ¿Será que continuará prefiriendo el estilo sobre la sustancia o será que el director logre encontrar el balance adecuado para combinar una buena historia con la justa dosis de extravagancia visual?

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