Biutiful



Biutiful es el cuarto largometraje del realizador mexicano Alejandro González Iñárritu (Amores Perros, 21 Gramos, Babel) y el primero sin la mancuerna con su guionista de cabecera Guillermo Arriaga, luego del conflicto que hubo entre ambos. Después de ver la película una cosa nos queda clara: la falta de esta colaboración es por demás notoria. Pese a que Biutiful mantiene el estilo muy definido del director mexicano, el punto más débil de la cinta recae en el guión, un elemento que jugó un papel clave en los anteriores filmes de Iñárritu.

La película nos transporta hasta el bajo mundo de Barcelona para introducirnos a Uxbal (un magistral Javier Bardem), un padre de familia que descubre que sus días están contados luego de que un médico le diagnostica cáncer terminal. Es entonces cuando Uxbal comienza a dejar las cuentas claras con sus hijos, su esposa bipolar y unas familias de origen asiático y africano con las cuales maneja negocios en el mercado negro de la ciudad. En esta ocasión, no hay historias entrecruzadas o un ensamble de actores que pasan por las mismas circunstancias. Biutiful se vuelca por completo ante su personaje principal y desarrolla una historia sumergida por completo en el drama. El desarrollo de este tipo de historias tristes y de desesperanza no es algo nuevo para quienes hemos seguido la filmografía de González Iñárritu, sin embargo esta vez abusa en exceso del drama y la cinta se convierte no sólo en un ejercicio sumamente depresivo, sino que raya en el tedio. La cinta se empeña en demostrar la ironía de su título, al enfocarse en las situaciones más tristes que aquejan al protagonista.

A esto hay que agregarle un sin fin de historias secundarias que en varios casos no aportan nada relevante a la historia principal y que sirven como simple relleno para una película que bien pudo haber durado un poco menos sin alterar el mensaje que intenta transmitir. Pese a lo flojo del guión, el filme logra salir a flote gracias a la maravillosa actuación de Javier Bardem, quien no necesita hablar para transmitir con sus gestos y miradas el horrible calvario por el que atraviesa su personaje. Mis respetos para el grande Bardem. Otro punto a favor de la película es la fotografía de Rodrigo Prieto, también cinematógrafo de cabecera de Iñárritu y quien ha sido el responsable de grandes trabajos en Los Abrazos Rotos, Lust Caution y Brokeback Mountain, estas últimas de Ang Lee. Ese toque casi mágico de la fotografía dota a la película de realismo y nos sumerge de lleno al submundo de la ciudad española.

Hay quienes le han otorgado a Alejandro González Iñárritu el título de autor, pero yo creo que aún le falta mucha trayectoria por recorrer antes de que se le adjudique dicho calificativo. Sí, sus tres cintas anteriores han dejando en claro su peculiar estilo y maestría, pero Biutiful es un pequeño descalabro en su aclamada y corta carrera. Me pregunto si el resultado de esta última cinta hará que ¨El Negro" vuelva a colaborar con Arriaga o si se arriesgará a dirigir la historia de algún otro guionista. En resumen, Biutiful es un must para los fieles seguidores del director y de Javier Bardem o para aquellos masoquistas que gusten de salir en estado total de depresión del cine.


Calificación: ** 1/2

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