Tiempo de Vivir - (Le Temps qui Reste)


"Esperando a la muerte"
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Le Temps qui Reste
Francia, 2005

Dirige: Francois Ozon

Con: Melvil Poupaud, Jeanne Moreau y Valeria Bruni-Tedeschi

No cabe duda que Francois Ozon es uno de los mejores directores de Francia. Siempre me sorprende con cada una de sus cintas. En "5X2" exploró la complejidad del amor en una relación de pareja de una manera cruda, pero sumamente realista. En "Tiempo de Vivir", el realizador toma como referencia principal a la muerte, tema que ha tratado en otras de sus cintas, pero vista a través de los ojos de una persona joven.

Melvil Poupaud interpreta de forma magnífica a Romain, un fotógrafo de apenas 30 años a quien le diagnostican un cáncer terminal y no le auguran más de 3 meses de vida. Negado a tomar tratamientos de quimioterapia, Romain intenta comprender la idea de que sus días están contados y comienza a darse cuenta que su vida se ha vuelto vacía, que la muerte está próxima a llegar por él y no dejará ninguna herencia de valor a este mundo. Es entonces cuando la historia nos lleva por caminos, donde el protagonista comienza a tomar el control de su vida y recordar aquellos momentos de felicidad que tuvo en su infancia, que con el paso de los años, fue olvidando cómo se sentía.


"Tiempo de Vivir" nos lleva por un viaje de descubrimiento que resulta completamente emocional, sin llegar a caer en dramatismos telenovelezcos. Ozon cuida perfectamente sus atmósferas, presentándonos imágenes tan simbólicas, retratando la naturaleza del ser humano y presentando el obvio temor hacia la muerte. Es una película que nos enseña el valor de los pequeños detalles en nuestra vida y que pese a que todos tarde que temprano tendremos que dejar este mundo, el hecho de dejar a alg
uien que es sangre de nuestra sangre, significa que seguimos vivos.

1 comments:

  1. marichuy dijo...

    Hola
    La crítica "especializada” ha estado dividida, aunque muchos la consdieran muy buena, para algunos resulta "sensiblera". En lo personal, aunque no creo que llegue al extremo sensiblero, si pienso que es la película menos “agria” de François Ozon quizá, porque como el mismo afirma, le cuestan mucho los protagónicos masculinos al no poder tomar la debida distancia, con Romain su trato es muy sutil (comparativamente con el trato dispensado a los personajes de “5x2” o de “La Piscina”). La película resulta conmovedora, con toques de sensibilidad que son bien compensados con la sequedad, e incluso rudeza (la forma en como trata a su hermana o a su novio), con la que mayoritariamente es presentada esta crónica de los últimos días de Romain. Creo que es justo esa sequedad, la que logra conmover más que las propias escenas dramáticas (la despedida de su abuela que contrasta con el miedo-rechazo-atracción que parece despertar en su padre). En fin, la película me gustó mucho, está muy bien narrada y con el ritmo adecuado. Una cosa agradecible es que Ozon no pierde el tiempo en añadidos, es conciso en todo sentido, el filme no dura más de lo necesario. Cuando una película se me hace eterna, la cosa ya estuvo mal por algún lado, con “Le temps qui reste”, la prueba de que me gustó es que se me hizo cortita.

    PS Comentario frívolo: Un plus de este filme, el guapísmo protagonista Melvil Poupaud.